En la sociedad en la que vivimos, donde cada
día parece importar más la prosperidad económica, donde se exalta el dinero y
se convierte en nuestro fin último en la vida, el papel y la necesidad de las Humanidades se
encuentra constantemente cuestionado. Tanto es así, que el estudio de estas
últimas generalmente es percibido por la sociedad como algo inferior a la
formación en Ciencias, otorgándoles a estas mucha más importancia. Sin embargo,
ambos campos no están reñidos y son perfectamente compatibles; el progreso
tecnológico, científico y económico necesita de estas disciplinas para
desarrollarse de forma ética y enfocarse hacia el bienestar de las personas. Por
lo tanto, las Humanidades --que engloban
la lengua, la literatura, las artes, la historia y la filosofía principalmente--
son cada vez más necesarias en nuestra compleja sociedad donde los valores
éticos se están perdiendo y desaparecen las barreras entre lo que está bien y
lo que está mal mientras que nos empeñamos en repetir los errores de nuestro
pasado.
Quizás esta decadencia que están experimentado
las Humanidades en los últimos tiempos se deba, entre otras razones, a que a
los gobiernos de turno no les interesa que se desarrollen ni que progresen. Por
un lado, no contribuyen directamente a la economía; y por otro, estimulan el
pensamiento y la conciencia crítica en los ciudadanos, lo cual no conviene en
muchas ocasiones, por razones más que obvias. Prueba de todo lo anterior son las
pocas inversiones que se realizan en este ámbito.
En este sentido, la educación juega un papel
muy importante, debiendo presentarse como estandarte para ensalzar la labor de la historia, la
filosofía, la lengua, las artes… ayudando a los alumnos a adoptar una posición
más humana ante la sociedad y haciéndoles desarrollar aspectos como la
creatividad, la imaginación o la capacidad crítica, imprescindibles, por otra
parte, a la hora de interpretar y de buscar soluciones a las crisis económicas, políticas o culturales, e incluso
a la hora de afrontar dificultades relacionadas con nuestra vida cotidiana.
Las Humanidades, en definitiva, nos ayudan a
comprender lo que nos pasa, a analizar nuestras situaciones, a estudiarlas de
forma crítica e intentar buscarles soluciones si lo precisan. También
establecen los límites morales que todos debemos seguir para evitar que nuestra
convivencia sea un caos y nos permiten construir un futuro evitando las
equivocaciones del pasado y sacando partido de todo aquello que se ha hecho
bien.
También es importante destacar que, aunque no
aportan beneficio económico, sí que proporcionan una gran riqueza a la
sociedad. Ejemplo de ello son las obras literarias, que, además de servir como
disfrute de la población, son una de las principales fuentes de sabiduría; el
arte, en cualquiera de sus variedades, tan necesario para desarrollar la creatividad
de las personas; la diversidad cultural, que nos permite ser diferentes a la
vez que iguales,…. No olvidemos que en el mundo existen más de 7000 lenguas
distintas, cada una con su riqueza y sus particularidades.
En conclusión, no hay ninguna duda de que las
Humanidades sean necesarias en nuestra sociedad actual. De nada sirve el
progreso económico o científico si nos olvidamos de lo más importante: las
personas. Todo lo que se haga tiene que estar enfocado hacia ellas y su
bienestar.
María ALONSO (2º Bachillerato)
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