4 de noviembre, ESCRIBIENDO POESÍA
Un chino reventando la máquina
tragaperras, dos tipos ha-
blando de política en la barra
junto a la camarera con cara
(como siempre) de aburrida y la
tele sintonizada en el mismo
canal de videoclips de siempre.
Yo sentado en mi mesa, café y
cuaderno en mano, peleando
contra mí mismo.
Escribiendo poesía.
Enfrentándome al mundo.
En la pantalla desfila una
cantante disfrazada de lolita exhi-
biendo gestos obscenos, soltando
estupideces sobre una base
electrónica probablemente
compuesta
(si merece llamarse así) en diez
o doce minutos.
Vuelvo la cara a mi cuaderno.
Sigo escribiendo poesía.
Debería, tal vez, estar tratando
de forrarme.
Soy inteligente, podría hacerlo.
Sólo consiste en lamer algunos
culos y reírle las gracias a los
hijos de puta adecuados.
En la música también funciona así
esta mierda de mundo,
amigos.
Pero qué coño, ni lo hice antes
ni lo haré ahora.
En vez de eso, sigo en este bar
mugriento, solo, con mi cua-
derno,
buscando como puedo algún
resquicio de belleza en las pala-
bras
Ya 10 dije antes.
Lo repito y acabo:
Estoy escribiendo poesía.
Enfrentándome al mundo.
La forma más digna de vivir.
La manera más valiente de morir.
Luis Ramiro, Te odio como nunca
quise a nadie
No hay comentarios:
Publicar un comentario