miércoles, 8 de junio de 2016

Primer premio del "Concurso literario" (Modalidad: Teatro): Íker Hernáez. 3º B

DE CUANDO DON QUIJOTE ENCONTRÓ A JULIETA

(Es de noche. Patio de la casa de la familia Capuleto. A la derecha, la fachada, de lujosa apariencia. Hay un balcón en el centro del que sale una luz, como si alguien estuviera dentro. Enredaderas cubriendo la pared. Un muro a la izquierda.)
ESCENA I.
(Entran DON QUIJOTE y SANCHO por la izquierda, montados en un caballo y un asno).
DON QUIJOTE: Observa bien, mi leal amigo Sancho, pues aquí vive el malvado noble que interpuso aquel ejército en nuestro camino.
SANCHO:            (Un poco harto) Haga el favor, mi señor Don Quijote, de entrar en razón. Que le repito que no eran hombres, sino un rebaño de ovejas al que usted atacaba.
DON QUIJOTE:  ¿Cómo dices eso? ¿Acaso no los vistes con tus propios ojos?
(Sale Julieta del balcón, alertada por el murmullo del exterior.)
JULIETA:              ¿Quién anda ahí? ¿A qué viene semejante alboroto? (Mirando a DON QUIJOTE y SANCHO PANZA) ¿Quiénes sois vosotros? ¡Fuera de mi casa!
DON QUIJOTE:  (Asombrado) ¿Dulcinea? ¿Eres tú? ¡Santa María! ¡Mire su rostro, está mucho más joven!
JULIETA:              (Enfadada) ¿De dónde se ha escapado, loco? Ni soy esa tal Dulcinea, puesto me llaman Julieta, y ni usted debería estar aquí, así que márchese cuanto antes.
(Entra ROMEO, también por la izquierda, a paso ligero.)
ROMEO:              (Dulce) ¡Oh, Julieta! ¡El brillo de tus mejillas vuelve a resplandecerme! ¡Juro por la luna que…! (Mirando a DON QUIJOTE) ¿Os conozco? ¿Venís a ayudar a Julieta?
JULIETA:              ¡Ay, Romeo! ¿Cómo habéis entrado? ¡Qué importa! ¡Apártate de esos dos, que estaba yo en mi habitación cuando les he escuchado hablar y todavía no sé a qué han venido!
(Entra el SEÑOR CAPULETO con un farolillo en la mano.)
CAPULETO:        ¡Por mi vida! ¡Ya sospecha yo que algo ocurría! ¡Han entrado en nuestra casa! (Gritando) ¡¡Guardias, guardias!!
DON QUIJOTE¡Ahora acabo de caer, Sancho! ¡El malvado señor, consciente de que veníamos, ha contratado una bruja para hacerse pasar por Dulcinea y capturarme! ¿Cómo podría, entonces, rejuvenecer de tal manera?
(Entran tres GUARDIAS de la ciudad saltando el muro del jardín. ROMEO se esconde tras unos arbustos y JULIETA vuelve asustada a su habitación.)
DON QUIJOTE: ¡Mira, ahora! ¡Esa bruja acaba de invocar a tres terribles bestias para que luchen a su lado! ¡Vienen a buscarnos, mi fiel amigo Sancho!
(DON QUIJOTE espolea al caballo y se encara a los GUARDIAS con la lanza al frente.
Los guardias consiguen tirarle del caballo y capturan a DON QUIJOTE y a SANCHO.)
ESCENA II.
(ROMEO se reúne con FRAY LORENZO, su amigo el fraile, en la capilla de la ciudad. Algunas vidrieras al fondo. Una luz cálida, casi naranja, ilumina la escena.)
ROMEO:              ¡Fray Lorenzo! ¡Traigo noticias! Anoche en el patio de los Capuleto entró un…
LORENZO:           (Le interrumpe) No me diga, Romeo. Le sorprendería saber lo rápido que corren en la ciudad ese tipo de noticias. (Para unos segundos y vuelve a hablar) Y dime, ¿qué es lo que le ha traído por aquí?
ROMEO:              Creo que ese misterioso hombre podría saber muchas cosas. Parecía un firme enemigo del señor de los Capuleto, pero a estas alturas ya estará en las mazmorras de la ciudad. ¿Podría…?
LORENZO:           (Le interrumpe de nuevo) ¡Dios perdone el pecado! No voy a involucrarme en esa locura, si es lo que me pide.
ROMEO:              ¡Lo único que deseo es hablar con él!
(LORENZO sale unos segundos. Vuelve con un frasco en la mano y se lo da a Romeo).
LORENZO:           (Casi susurrando) Tome este elixir y haga que se lo beban aquellos que vigilan la mazmorra. Les hará dormir y parecerán muertos. Eso le dará tiempo para hablar.
ROMEO:              Pero, ¿cómo voy a …?
LORENZO:           (Le interrumpe por tercera vez) ¡Cuerpo de Cristo! ¡No lo sé! ¡Engáñeles! ¡Llévelos a la taberna aprovechando el estatus de su familia! ¡No lo sé!
ROMEO:              ¡Dios os bendiga, Fray Lorenzo! ¡Gracias! (Sale de la escena).

ESCENA III.
(Mazmorras. Sala oscura construida de piedra. En la entrada hay unas escaleras que bajan hasta las celdas. Aparece ROMEO, que ha conseguido infiltrarse.)
ROMEO:              (Dirigiéndose hacia la celda de DON QUIJOTE) ¡Sois vos! ¡Necesito hablar urgentemente!
DON QUIJOTE: (Levantándose del suelo) Ah, os dije que no tardarían en rescatarnos, mi fiel amigo Sancho. (Mira con extrañeza) Un momento, ¿no sois usted aquel mozo del patio, aliado de la bruja?
ROMEO:              ¡Basta! ¡Mi amada Julieta no es una bruja! Tan sólo estoy aquí para saber por qué se enfrenta al señor de los Capuleto.
DON QUIJOTE: ¡Oh! Así que Julieta es su nombre… Sepa usted que ese horrible ser ha adoptado la forma de mi bella Dulcinea para capturarme. Pero no se saldrá con la suya.
SANCHO:            No conocemos a ese tal señor de los Capuleto, buen mozo. Mi señor está delirando. Llegamos aquí por error y ahora deseamos escapar de esta celda más que otra cosa.
ROMEO:              ¿Acaso es posible? ¿Está diciendo usted la verdad?
SANCHO:            De buena manera. Se lo he advertido ya varias veces, pero los delirios de mi señor no conocen límites.
DON QUIJOTE:  ¡No se engañe más, Sancho! ¡Esa bruja era igual que Dulcinea! ¡Y ya vio cómo envió a sus bestias para acorralarnos!
SANCHO:            (Ignorando a DON QUIJOTE) Por favor, buen mozo, ¿podría sacarnos de aquí?
ROMEO:              Así que sólo se trataba un pobre loco… (Decepcionado) Ya que me he aventurado a venir, no tengo mucho más que perder.
(ROMEO saca una llave del bolsillo, robada de los guardias, y abre la celda. DON QUIJOTE y SANCHO salen.)
SANCHO:            Que Dios se lo tenga en cuenta, buen mozo. Nos iremos lo más lejos que podamos.
DON QUIJOTE:  Hay que vencer a esa bruja. ¡A saber qué tipo de trampas habrá preparado para capturarnos de nuevo, amigo Sancho!
SANCHO:            Mi señor Don Quijote; ahora que sabe que esa bruja sólo es una impostora que se hace pasar por Dulcinea, no tiene ningún poder sobre usted. La ha derrotado porque sus engaños ya no son tales.
DON QUIJOTE: Razón no le falta.
ROMEO:              ¡Hagan el favor de irse a otra parte! ¡El tiempo apremia!

(DON QUIJOTE y SANCHO suben por las escaleras que llevan fuera de las mazmorras. ROMEO escapa detrás de ellos. Voz superpuesta que narra cómo SANCHO y DON QUIJOTE continuaron sus aventuras con normalidad. FIN)

Primer premio del "Concurso Literario" (Modalidad: Relato de tema libre): Daniel Kiaikiay (2º B)

Más sabe el zorro por viejo...

El abuelo ya se temía que algo no iba bien cuando vio entrar en casa, abatido, a su nieto de 10 años.Lo conocía desde que era un renacuajo y sabía que algo le pasaba.
-¿Qué te pasa hijo? Preguntó el abuelo con una voz dulce y tranquilizadora.
- En la escuela me llaman bicho raro y dicen que no soy normal -dijo el chiquillo acercándosele vacilante.
-¿Y eso por qué?
-Po…po…porque a…a veces me gusta saltar a la comba con las niñas de mi curso y jugar con ellas - sollozó el niño con lágrimas en  los ojos.
-¿Y por qué te resulta tan vergonzoso? A veces somos las personas distintas y nuestros gustos las que hacen que nuestra sociedad funcione y prospere. Cada uno tenemos un papel esencial en las vidas de los demás. ¿Qué horror sería si todos fuéramos iguales!
La mueca de la cara del niño hizo ver al abuelo que no conseguía convencerlo.
-Si no lo crees, encantado estaré de contarte la historia de un chico que era más o menos de tu edad al que le sucedió algo parecido.Todo comienza en un pequeño pueblo, situado en un valle entre dos montañas.
El niño salía de la escuela seguido de un grandote niño pelirrojo acompañado de tres chicos. Parece ser que estos se divertían tirándole piedras al chavalín y gritándole todo tipo de sandeces e improperios mientras este seguía caminando sollozante. Todos los días llegaba a casa lloroso y abatido. Su padre no soportaba que no se enfrentara a ellos y  le abroncaba. Hasta que un día, harto de todo lo que le sucedía, decidió escaparse al bosque, aunque alguna vez miraba hacia atrás durante la marcha debatiendo en su mente si era buena idea, ya que durante la noche, emergían todo tipo de criaturas de entre las sombras y podían atacarle, e incluso matarlo. Pero, al menos no le harían ni la mitad de daño que le habían ocasionado su familia y compañeros. Prefería el daño físico a las burlas. Pero cegado por la decisión de marcharse del pueblo, no se dio cuenta de por dónde iba, así que se perdió. Minutos más tarde llegó a la orilla de un inmenso lago en las faldas de una montaña, al que la plateada luz de la luna llena primaveral inundaba. Se acurrucó bajo un árbol y empezó a pensar en todo lo que había dejado atrás y cómo se tomaría su padre su marcha.
- ¿¡¿¡Por qué no me dejarán en paz!?!? Se lamentaba el niño.
- Porque detectan tu miedo….
-¿¡Quién está ahí?! ¡Sal y da la cara cobarde!
De entre las sombras salió un viejo zorro, mostrando media sonrisa. Éste se le acercó lentamente. Aunque el niño, atemorizado, retrocedía gateando, pero sinapartar la vista del animal.
-Y lo dice el niño que huye de sus problemas escondiéndose como una vulgar rata, sin ni siquiera haberse  enfrentado a ellos... ¿Quién es el cobarde ahora?
El niñocontemplaba  atónito al animal.
-¿Cómo puedes hablar?
- Jeje…-vaciló el zorro- ¿De verdad quieres saberlo? Respondió el zorro con una mirada punzante y un tono severo, el niño negó moviendo la cabeza de lado a lado.
Y tras largas horas de charla y jugueteo, los dos se acurrucaron juntos para pasar la noche. Y así pasaron largos mesesde amistad y el niño empezaba a confiar plenamente en el zorro y juntos emprendieron todo tipo de viajes, de los cuales el niño aprendía valiosas lecciones. Una vez, le quitó la nuez a una ardilla porque estaba realmente hambriento, inmediatamente la ardilla saltó sobre él y empezó a arañarle y mordisquearle hasta que finalmente consiguió su preciada nuez.
El noble zorro, mientras esto sucedía, observaba los hechos sonriendo de vez en cuando. Cuando este contratiempo cesó, el niño miraba al zorro con cara de asombro y, enseguida, éste se lo explicó:
-¿Lo ves? Aunque eres mucho más grande que ella, ha peleado por lo que es suyo sin importarle el tamaño de su oponente, en éste caso, tú.  Ha defendido lo que consideraba justo-la nuez era suya y no era justo que se la arrebataras- y eso ha sido suficiente para controlar su miedo  y enfrentarse a ti.
El niño permaneció pensativo un buen rato. El zorro respetó su silencio dándose cuenta de la importancia del de lo que estaba sucediendo.
-Creo que ha llegado el momento de que regreses a tu hogar, con los tuyos;  ya has aprendido lo suficiente como para afrontar los problemas que te llevaron a perderte en el bosque.
El niño aceptó, sabía que el zorro tenía razón. Llegados al puebloel día siguiente, el niño llevaba al zorro por una serie de callejuelas para ir a su casa. En cuanto en frente de ésta se situó, el niño se giró para indicarle  al zorro que ya habían llegado, pero el zorro no estaba, cosa que no preocupó demasiado al niño ya que creía que había regresado al bosque. Comenzó Septiembre y con él las clases y los insultos de los compañeros. Al ver la cara de desprecio de aquel grandote pelirrojo cuando le llamó “bicho anormal” recordó el semblante decidido de la ardilla en el bosque y aquello del olor del miedo. Esto le ayudó a armarse de valor y al fin,se enfrentó a él:
-¿¡Qué problema tienes conmigo!?
-¡Que eres un bicho raro! -le respondió con una risita de superioridad.
- Te recuerdo que tu casa es contigua a la mía y veo todo lo que haces en el jardín por las tardes… ¿Quieres que todos lo sepan? ¿Eh, es eso lo que quieres? ¿Que se enteren? Cada uno es como es y es obligación de los demás respetarlo.
El chaval, con las mejillas encendidas de vergüenza, se giró y les hizo un gesto a su grupito de que debían irse, y éste se marchó con ellos.
-¿Enserio abuelo? ¡Qué niño más valiente!, quiero ser como él.
- Tranquilo, te pareces más a él de lo que crees…señaló el abuelo.
Y el niño lució una gran sonrisa en el rostro, y a esta, la sucedió la del abuelo, que quedó complacido por haber ayudado a su nieto.

No obstante, pensó que su nieto necesitaría de él algo más que sus historias. 

Segundo premio del "Concurso Literario" (Modalidad Ensayo): María Alonso 2º Bachillerato.

¿SON LAS HUMANIDADES NECESARIAS EN LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI?
En la sociedad en la que vivimos, donde cada día parece importar más la prosperidad económica, donde se exalta el dinero y se convierte en nuestro fin último en la vida,  el papel y la necesidad de las Humanidades se encuentra constantemente cuestionado. Tanto es así, que el estudio de estas últimas generalmente es percibido por la sociedad como algo inferior a la formación en Ciencias, otorgándoles a estas mucha más importancia. Sin embargo, ambos campos no están reñidos y son perfectamente compatibles; el progreso tecnológico, científico y económico necesita de estas disciplinas para desarrollarse de forma ética y enfocarse hacia el bienestar de las personas. Por lo tanto, las Humanidades  --que engloban la lengua, la literatura, las artes, la historia y la filosofía principalmente-- son cada vez más necesarias en nuestra compleja sociedad donde los valores éticos se están perdiendo y desaparecen las barreras entre lo que está bien y lo que está mal mientras que nos empeñamos en repetir los errores de nuestro pasado.
Quizás esta decadencia que están experimentado las Humanidades en los últimos tiempos se deba, entre otras razones, a que a los gobiernos de turno no les interesa que se desarrollen ni que progresen. Por un lado, no contribuyen directamente a la economía; y por otro, estimulan el pensamiento y la conciencia crítica en los ciudadanos, lo cual no conviene en muchas ocasiones, por razones más que obvias. Prueba de todo lo anterior son las pocas inversiones que se realizan en este ámbito.
En este sentido, la educación juega un papel muy importante, debiendo presentarse como estandarte para  ensalzar la labor de la historia, la filosofía, la lengua, las artes… ayudando a los alumnos a adoptar una posición más humana ante la sociedad y haciéndoles desarrollar aspectos como la creatividad, la imaginación o la capacidad crítica, imprescindibles, por otra parte,  a la hora de interpretar y de  buscar soluciones a las crisis  económicas, políticas o culturales, e incluso a la hora de afrontar dificultades relacionadas con nuestra vida cotidiana.
Las Humanidades, en definitiva, nos ayudan a comprender lo que nos pasa, a analizar nuestras situaciones, a estudiarlas de forma crítica e intentar buscarles soluciones si lo precisan. También establecen los límites morales que todos debemos seguir para evitar que nuestra convivencia sea un caos y nos permiten construir un futuro evitando las equivocaciones del pasado y sacando partido de todo aquello que se ha hecho bien.
También es importante destacar que, aunque no aportan beneficio económico, sí que proporcionan una gran riqueza a la sociedad. Ejemplo de ello son las obras literarias, que, además de servir como disfrute de la población, son una de las principales fuentes de sabiduría; el arte, en cualquiera de sus variedades, tan necesario para desarrollar la creatividad de las personas; la diversidad cultural, que nos permite ser diferentes a la vez que iguales,…. No olvidemos que en el mundo existen más de 7000 lenguas distintas, cada una con su riqueza y sus particularidades.
En conclusión, no hay ninguna duda de que las Humanidades sean necesarias en nuestra sociedad actual. De nada sirve el progreso económico o científico si nos olvidamos de lo más importante: las personas. Todo lo que se haga tiene que estar enfocado hacia ellas y su bienestar.


María ALONSO (2º Bachillerato)